17.7.06
Breve Crónica de la Alimentación en Mérida
Los elementos fundamentales de la dieta cotidiana andina en general, y de la merideña en particular, son la papa, el trigo, el maíz, la caña de azúcar, la yuca, el arroz, la auyama, la chayota, el café, el cacao, las carnes y las vísceras, el queso, el garbanzo, la arveja, la piña, la guayaba, el cambur el plátano y la mora.
Los Primeros Alimentos.
Las tierras elevadas de la Cordillera de Mérida fueron el escenario de la gran nación Timote, que poblaba lo que es hoy el territorio de Trujillo y Mérida; y estaba muy vinculada con tierras tachirenses, a través de los Capachos, y del norte de Colombia, a través de los Chitareros y Laches. Timotes y Kuikas, de Trujillo constituían un basto poblamiento indígena con ciertos rasgos comunes: su sedentarismo; su filiación étnica emparentada con los Muiskas de Cundinamarka; sus sistemas de producción agrícola, con cultivos en terrazas y andenes, con sistemas de riego por acequias, depósitos o quimpués y silos subterráneos o mintoyes, etc. Su regimen alimentario era compartido por todas las comunidades de la región. El clima permitía el cultivo de una amplia gama de plantas, algunas ahora muy conocidas, como la papa, al maíz, el frijol, la yuca dulce, la arracacha o apio, el camote o batata, la auyama, el ají, el cacao, el maní, la piña, el aguacate, la guanábana, la lechosa, la chirimoya. Y de otras ahora casi desconocidas como la quinoa, la ruba, el michiruy, la quiba, el istú, el cuyre, la navilla, la chuba, etc. Compartiendo también una serie de recipientes de cocina, como múcuras, chorotes, jicaras, chirguas, moyas, hechas de barro cocido y utensilios hechos de totuma o tapara. Aunque su fauna no era muy rica, particularmente la mayor, los indigenas andinos habían logrado ciertos avances en la domesticación de animales, particularmente de aves, como paujíes, pavas y tórtolas. La alimentación de los indígenas estaba concentrada en algunos productos de base, mayormente tubérculos y raíces, una pocas gramíneas y leguminosas, una esterculiácea como el cacao y muchas frutas que lograban satisfacer los requerimientos de carbohidratos y grasas, así como de algunos microelementos. Algunas plantas, aves y pescados de agua dulce, llenaban deficientemente las necesidades de proteínas, carencia que fue una constante en la dieta rural andina durante mucho tiempo.
Los Nuevos Alimentos.
Desde 1534 los españoles buscan asentarse en la región hasta que en 1558 el capitán Juan Rodríguez Suárez funda la ciudad de Mérida, en recuerdo de su Mérida natal en España, y en 1559 el capitán Juan Maldonado, un poco más arriba en la meseta, establece la ciudad de Santiago de Los Caballeros. Desde allí, se extiende el poblamiento posterior y se crean reparamientos y encomiendas. Más tarde, hacia 1628, llega a la región la Compañía de Jesús. Conquistadores y jesuitas impulsan la agricultura y la ganadería. Cuando finaliza el siglo XVIII ya se había creado la mayoría de los centros urbanos merideños que se consolidaron luego al ritmo expansivo de la economía del café y de la caña. Tras la espada de los conquistadores y la cruz de los jesuita llegaron a la región muchos nuevos productos, especialmente el trigo, el ganado vacuno y porcino, las aves de corral y algunas hortalizas, modificando el escenario económico y alimentario. Después vendría la caña de azúcar, a las tierras bajas, y el café, a las tierras de laderas. El aislamiento regional comenzó a romperse de manera notable a partir de 1870, con el desarrollo de la economía cafetalera, que intensificó los cambios e impulsó la base poblacional de los núcleos urbanos existentes, constituyéndose una red de comunicaciones más dinámica.
El trigo se cultivaba en Venezuela desde el siglo XVI. Hacia 1883 en Mérida, entonces Sección Guzmán, había unos 68 molinos de trigo, ubicados en las tierras altas del páramo de Mucuhíes y en los pueblos del Sur. Con el ganado vacuno pasó otro tanto. Venia, por caminos fragosos y accidentados, de los llanos occidentales, hasta que la ganadería se desarrolló en las tierras bajas de Mérida. La población merideña había tenido hasta entonces, un régimen alimentario predominantemente vegetariano, siendo común el consumo de papa, camote, arracacha, auyama, maíz, yuca dulce y ají, mayormente raíces y tubérculos, lo que es habitual en una sociedad agrícola tradicional. Con el proceso de la colonización se introdujeron en los Andes algunas hortalizas, pero su producción se limitaba a los solares de las casas y su consumo se restringía a los pobladores de origen español.
La Síntesis.
El estado Mérida, especialmente en sus zonas altas, donde se concentro gran parte del poblamiento, estaba prácticamente aislado, al no contar con un solo camino carretero hasta la segunda década del siglo XX. Al ponerse en servicio la carretera Trasandina, en 1925, los productores agrícolas merideños fueron estimulados por el acceso a mercados más amplios, como el de Maracaibo. Así se desarrollan nuevos centros de producción hortícola como el de Timotes, en 1924, gracias a la iniciativa de dos alemanes que introdujeron en la zona nuevas técnicas de cultivo y maquinarias. Más tarde en las décadas de 1930 y 1940, los agricultores de Mucuhíes imitaron las técnicas agrícolas practicadas en Timotes. Al final de la década de 1940 la horticultura se había extendido hasta Bailadores. Y por todas partes en las zonas altas del estado el paisaje mostraba, además de papa y el trigo, los cultivos de lechuga, zanahoria, repollo, remolacha, coliflor, acelga y, en menos proporción, de espárrago y alcachofa. El paisaje alimentario era ya otro. Además, Mérida destacaba como productor de papa, trigo, arvejas, cacao yuca, cambur, caña de azúcar, carne de res y leche. Esa circunstancia influyó decisivamente sobre su régimen alimentario dominante.
La inmigración puso también su granito de arena, como productor y consumidor. Todos estos aportes ha venido conformando el régimen alimentario actual del merideño, con la intervención de elementos vinculados con la geografía, la historia, la economía, la cultura y la política, y que son la síntesis de un abigarrado conjunto de intereses, creencias, preferencias e influencias. Se mezclan así los alimentos y usos culinarios indígenas con los traídos por los españoles y otros europeos, y las modas alimentarías del fast-food, que representa avances de la postmodernidad alimentaría en un mundo de aperturas y globalizaciones, que penetra en todos los ámbitos de la vida social, y especialmente en el de la alimentación.
La comida Andina de hoy en día
Los elementos fundamentales de la dieta cotidiana andina en general, y de la merideña en particular, son la papa, el trigo, el maíz, la caña de azúcar, la yuca, el arroz, la auyama, la chayota, el café, el cacao, las carnes y las vísceras, el queso, el garbanzo, la arveja, la piña, la guayaba, el cambur el plátano y la mora. Presentes siempre en la gastronomía regional, desde aquella primera síntesis alimentaría fraguada durante la epoca de la conquista y la conolización, estos productos han dejado huella impresa en la cocina popular merideña.
Entre las sopas destacan las de papa (de papa picada, papa molida, papa cocida, de pan con papas), las de garbanzos y arvejas (de garbanzos con hojaldes o con marrano; de garbanzos con asadura; de arvejas tostadas y molidas, conocida como chunguete, cochute o baile; el guisado de arvejas), las de cereales (de maíz, de trigo o la sopa de currungo); las de plátano, especialmente las de plátano verde; el mondongo o mute; la pisca andina, la sopa cosó, etc.
Entre los platos principales, extrañamente escasos, figuran, al igual que en otras regiones del país, las albóndigas, especialmente las de carne de cochino; la macarronada con pollo; la carne de res, pollo o cochino guisado con papas; la pepitoria, con menudencias de res o cerdo; las preparaciones con truchas frescas y ahumadas ( de la variedad arco iris, sembrada en los ríos de montaña en la década de 1930) y las chayotas y otras hortalizas rellenas. Mención aparte merecen algunas especialidades de la región, como las empanadas y los pasteles; los chorizos y morcillas; el jamón y otros embutidos del páramo; las hallacas andinas; las hallaquitas y carabinas, las mazamorras y atoles, especialmente la arepa de harina de trigo del páramo y las panelas de la zona baja.
Entre los panes, mayormente dulces, que constituyen una verdadera especialidad andina, por su variedad y exquisitez, destacan el pan aliñado, el pan tovareño, el pan de Tunja, el pan de avena, el pan de maíz, el pan de queso, chicharrones o guayaba, la acema, la acemita, la acema de chicharrón, el pan mojicón, el bizcochuelo, la manteca, la almojábana y otras preparaciones de panadería como los bizcochos dulces y salados, las catalinas, etc.
Entre los postres y dulces encontramos el alfondoque, la melcocha, las conservas, los dulces abrillantados, los confites, la polvorosa, los bocadillos de guayaba, el higo relleno de arequipe, el dulce de lechosa con hojas de higuera, el curruchete, la caspiroleta, y muchos otros más.
Entre las bebidas sobresalen la chica andina de maíz, fresca o fermentada; el chorote; el aguamiel; el guarapo de piña, fresco o fermentado, las vitaminas y muchos jugos de frutas naturales, entre ellos de mora, curuba, fresa, parchita y piña. Algunos vinos de elaboración de elaboración casera, como el de mora. Licores como el miche o aguardiente claro; las bebidas preparadas con aguardiente y papelón, como el calentado ó calentadito, o con hierbas, como el díctamo real reputado como afrodisíaco.
El estado Mérida ha conocido una gran desarrollo de su ganadería, tanto en en las tierras altas como en las bajas. Ello ha permitido el florecimiento de muchas queserías artesanales, donde es frecuente encontrar cuajada, suero, y quesos de pasta blanda, como el queso blanco suave, o quesos de pasta semidura, como el ahumado, o dura como los quesos tipo provolone (o provoandino).
***Cinco Recetas Merideñas del Siglo XIX.***
Sopa de Piña
Se saca el caldo de la piña. Se pone a hervir una botella de agua con una corteza de limón y azúcar. Se disuelven dos cucharadas de sagú en el caldo de la piña, y se revuelve todo dejándolo hervir y meneándolo. Se le agrega pasas antes de servirla.
Chunguete
Se tuestan las arvejas hasta que queden doradas, se muelen, se ciernen y se disuelve esta harina en caldo, dándole el grueso de la chicha. Se le agrega guiso molido y se pone a hervir, meneándolo, se le echa más caldo hasta que queda a buen temple.
Lomo al Ron
Se corta el lomo de cerdo en rodajas. Se pone en una fuente con perejil, rodajas de limón, sal, pimienta negra y ron. Se puyan las tajadas para que penetre soto bien, volteándolo con frecuencia. A la hora se saca, se polvorea con bizcocho y se fríe.
Caspiroleta
Se hace almíbar con una libra de azúcar y se le da el punto de hoja. Luego se baten 16 yemas, se ponen en el almíbar frío y se mezclan. Se ponen de nuevo al fuego, sin dejar de mover hasta despeguen de la paila. Se retira del fuego, se bate para que blanquee y se vacía en una bandeja. Si se quiere se rellena el bizcochuelo empapado en vino dulce y almíbar
Crema de Guanábana
Después de hervida y endulzada una botella de leche, se le ponen cuatro yemas de huevo batidos y se deja al fuego hasta que hierva. Se deja enfriar. Cuando esté bien fría, se le ponen cuatro vasos de guanábana colada y brandy al gusto.
La arepa de trigo es una variante de la famosa Arepa, forma parte de la gastronomía de Venezuela, conocida particularmente en los estados Merida, Táchira, Trujillo y en general, en los andes venezolanos. Para su preparación se utilizan los siguientes ingredientes: harina de trigo, un poco de leche, huevos, mantequilla, sal y azúcar al gusto (algunas variantes reeplazan el azúcar por papelón o panela de caña). A diferencia de la arepa regular, la arepa de trigo es horneada y solo en algunos casos, cocida en budare de leña.
Su origen se puede ver influenciado por el hecho que durante la época colonial la zona andina era la única que producia trigo (cultivo que se conserva solo en muy pequeña escala exclusivamente en el estado Mérida) a diferencia del resto del país donde el cultivo más importante (y autóctono) era el maíz.
Próximamente Publicaremos Nuevas Recetas de la Cocina Andina
Mérida posee una gran diversidad de restaurantes, en los cuales se ofertan gran variedad de platos que van desde nuestra tradicional comida criolla hasta excelentes platos de comida alemana, china, italiana, mexicana, etc., generalmente acompañada de agradable musica para el disfute de los comensales.
Cuando se comparan comidas, con las preparadas aquí, una mala opinión es que las comidas elaboradas por los hispanos, son muy calientes y condimentadas. Eso no es cierto!. Pero, si es tu gusto, el mesonero te traerá todo cuanto desees para que tu mismo le des el punto deseado a tu comida.
También podrás degustar de una amplia gama de sabores de helado en cualquiera de las heladerías que se encuentran en diversos sitios de la ciudad.
Cuando los venezolanos hablan de la comida de Mérida; una de las más importantes en la lista es La Trucha, cultivadas en Mérida, rellenas con jamón y queso, al ajillo o como la quieras... son deliciosas y acá las tenemos.Acompaña tus comidas con finos vinos venezolanos o una cerveza bien fría.
Bon apetit