Científicos estadounidenses descubrieron que la mutación de un solo gen es lo que establece la diferencia de tamaños entre las distintas razas de perros. La novedad fue publicada en la última edición de la prestigiosa revista Science, el 5 de abril. Al estudio lo realizaron 21 genetistas de las universidades de Cornell, Utah y otras.
Los perros son los mamíferos con mayor variedad de tamaños. Según informaron diversas agencias de noticias, el trabajo se basó en el estudio de unos mil perros de agua portugueses, una raza en la que los ejemplares pueden pesar de 11 a 34 kilos. La clave fue hallada en una variación del gen IGF1, luego de una comparación del ADN, y de que identificaran la zona del genoma canino que difiere entre pequeños y grandes perros.
El IGF1 actúa sobre la producción de una hormona de crecimiento. Otro análisis reveló que los perros caniches son más grandes cuando su sangre contiene más de esta hormona. Una versión defectuosa de este gen puede ocasionar el pequeño tamaño de los ratones y también, en casos muy raros, en los humanos.
Para corroborar los datos obtenidos, una segunda etapa de la investigación se centró en 3.241 perros de 143 razas distintas, desde las más pequeñas a las gigantes: chihuahuas, lulús de Pomerania, pequineses, caniches enanos y reales, San Bernardos y Gran Danés. "Todos los perros que pesan menos de 9 kilos tienen la misma variación de este gen", explicó Gordon Lark, biólogo de la universidad de Utah quien calificó el hallazgo de "extraordinario".
"Es llamativo ver que una cantidad tan grande de razas de perros pequeños es producto de la mutación de un solo gen que afectó de manera constante el tamaño. Este trabajo demuestra la utilidad del modelo de investigación genética del perro doméstico para descubrir genes que juegan roles clave en los mamíferos", indicó Carlos Bustamante, profesor de la universidad de Cornell, otro de los autores del trabajo.
Elaine Ostrander, una de las responsables del Instituto Nacional de Investigación sobre el Genoma Humano (NHGRI), de Estados Unidos, que codirigió el estudio, remarcó que la familia del gen IGF1 cumple un papel importante en el cáncer de próstata: "Al aprender cómo los genes controlan el tamaño en los perros, avanzamos en nuestra comprensión sobre la manera en la cual se programa genéticamente el tamaño en los humanos, pero también sobre los mecanismos de enfermedades como el cáncer".
Según los investigadores, la mutación del IGF1 no existe actualmente en el lobo, animal del que el perro desciende en la evolución, por lo cual se cree que comenzó con la domesticación del animal por parte del hombre (hace 12.000 o 14.000 años).
Los investigadores suponen que pueden haberlo heredado de un lobo muy pequeño, que al no poder sobrevivir solo en la naturaleza se habría extendido bajo la protección de los humanos.