El pug tiene un origen oriental, precisamente en China, y su parecido al pekinés de pelo raso y las estatuillas chinas que representan el guardián de los altares y los hogares, parece corroborar esta teoría.
Existen registros de esta raza en las aristocracias del siglo XVI. Este pequeño dogo de interior, ocupo un espacio de importancia e la vida de Guillermo I, y fue el tataranieto de éste Guillermo de Nassau quien llevara los primeros ejemplares a Inglaterra.
Lo cierto es que el Carlino se extendió a lo largo del siglo XVII desde los Países Bajos e Inglaterra a gran numero de cortes europeas. En una época donde los epagneuls, bichones y caniches estaban de moda, supo diferenciarse de éstos, imponerse y convertirse casi en un detalle de snobismo. Toda señora de la alta sociedad que se precie, deseaba tener un pug o carlino junto a ella.
Sobre finales del siglo XIX, su popularidad decayó y fue desplazado por pekineses y otros perros de compañía que encontraron sus minutos de fama.
Un pug nunca falta en los provadores del diseñador Valentino
El nombre CARLINO proviene de un actor italiano de mediados del siglo XVIII, llamado Carlo Bertinazzi, ya que él hacia sus representaciones de las comedias italianas caracterizado de arlequín y con una máscara negra que inevitablemente recordaba el rostro de un pug.
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Los videos de los juzgamientos de la raza Pug en Westminster 2006 y 2007
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Los videos de los juzgamientos de la raza Pug en Westminster 2006 y 2007
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