28.9.06

¿Afecto o dominación?


El Perruno Digital continúa la serie escrita por Héber Sales en su blog http://oencantodasracas.blogspot.com y que iremos traduciendo para Ustedes.
El desarrollo de la cinofilia fue impulsado por una onda de afecto para con los animales sostiene James Serpell en el libro In the company of animals (1986).La obra presenta la búsqueda de la compañía de animales como una tendencia humana universal.
Altamente desarrollada por las sociedades recolectoras y cazadoras esa tendencia se habría reprimido a partir del neolítico cuando cambios climáticos forzaron a la humanidad a basar su modo de producción en la agricultura y en la ganadería, actividades que exigían una exploración sistemática y cada vez más amplia de la naturaleza.Cualquier posición que fuera una amenaza a la nueva orientación era reprimida por las clases dominantes incluyendo el apego a los animales.
En la Edad Media, por ejemplo, las personas que insistían en mantener animales de estimación eran acusadas de brujería y la intimidad con animales era vista como una señal de degradación humana.
Las criaturas "inferiores" habían sido colocadas por Dios al servicio de la humanidad sustentaba la ideología oficial patrocinada por la Iglesia y las élites de la época.
El Iluminismo vino a sustituir esa visión del mundo, colocando en jaque a la autoridad religiosa y derribando al hombre de su pedestal:la Tierra no era de hecho el centro del universo, la revelación guardada por la Iglesia no siempre era verdadera, el método científico era una fuenta más confiable de conocimiento y el homo sapiens era en verdad un primate evolucionado.
Para Serpell esas teorías aproximaron los seres humanos a la Naturaleza, liberando el afecto natural de los seres humanos por los animales contraimpuestos por la cristiandad medieval.
Estudiar al mundo natural se tornó en una actividad loable y apasionante, la ciencia reveló una gran semejanza fisiológica entre los hombres y los animales estimulando la idea de que ellos esperimentaban sentimientos similares a los de las personas, y el afecto hacia los animales (limitado a reyes, nobles y miembros del clero) se tornó en costumbre aceptable para todos, impulsando el desarrollo de la cinofilia moderna a partir del siglo XIX.
El fenómeno era notable en medio de las clases urbanas que, por estar apartadas del medio rural, sentían una necesidad de acercar afectividad entre el humano explorador y el animal explorado.
A pesar de la fama entre los estudiosos del asunto, esa tesis de Serpell fue rebatida por varios investigadores.Uno de ellos fue Harriet Ritvo:el "boom" de los perros de raza tuvo que ver más con el valor simbólico de ellos que con el afecto.
Los ingleses victorianos adquirían esos animales como objetos que 1.comunicaban el status superior a sus dueños y 2.podían ser usados para el deporte de las exposiciones caninas, un juego cada vez más popular debido a su capacidad de representar e ilustrar los valores sobre los cuales las personas intentaban construir la sociedad de la época.La manía por esas criaturas era parte, según Ritvo, de una nueva era de dominación de los seres humanos sobre los animales, ahora desde una perspectiva diferente.
Si la cuestión se resumiese al afecto, la expansión de posesión de perros también hubiese beneficiado a perros sin raza definida, cosa que no ocurrió.Muy por el contario, como vimos en la nota anterior, mientras el desarrollo de animales con pedigree se ampliaba, la población de mestizos menguaba.
Serpell no discute la cultura de las exposiciones caninas.En verdad se refiere poco a los perros de raza pura a no ser para apuntar a la neotenia (http://es.wikipedia.org/wiki/Neotenia ) como el gran factor del suceso de ellos: la cría selectiva de esos animales habría perseguido la apariencia de comportamiento "de bebé" en ejemplares adultos para cautivar la creciente demanda de personas que trataban a sus perros como "sus hijos".
¿Será que la búsqueda de la neotenia fue el gran estímulo para las multiplicación de las razas en el siglo XIX?
Si así fuese como entender el destaque dado a las exposiciones de belleza?¿Tendría sentido que el desarrollo de esas razas para concursos caninos se resumiese a una exageración de un afecto maternal-paternal?
Y por qué pagar por perros con pedigree en vez de simplemente adoptar cachorros de razas fuera de moda o poco procuradas?
Por qué nuestra fijación por ciertas razas que nos parecen más apasionantes?Po qué no siempre compramos aquellas razas que presentan un grado mayor de neotenia?
Los cuestionamientos son muchos para responder en una sola nota.Intentaré discutirlos en próximos textos.