7.3.06

Grigio: el perro de Don Bosco







Don Bosco dejó el recuerdo de un hombre, inolvidable acróbata en sus ratos libres, es el patrono de los ilusionistas. Fundó 1a orden de los Salesianos aunque Juan Bosco, nacido en 1815 y muerto en 1888, fue canonizado por haber sido el apóstol de los “ chicos malos “ de Turín .
Un perro no menos extraordinario jugó un gran papel en la vida de quién fue el San Vicente de Paul italiano.
Una noche de otoño de 1853, Juan Bosco, iba por una calle de mala fama de Turín. De pronto apareció un perro que empezó a seguirlo. El sacerdote miró sorprendido a ese animal que nunca había visto. Lo acarició. El perro se estuvo quieto un momento y después se alejó.
A partir de entonces, cada vez que el sacerdote se encontraba solo por la noche en un sitio peligroso, lo acompañaría aquel perro llegado de ninguna parte que después desaparecería. Don Bosco le puso el nombre de “Grigio”, es decir “Gris”.
En efecto, el animal era de ese color. De tamaño grande, tenía el hocico fino, orejas rectas, pelaje abundante y cola en penacho.

SIEMPRE ACUDIA CUANDO HACIA FAL TA
En aquella época, las persecuciones contra Don Bosco venían de los valdenses, unos heréticos cuyo último bastión fue el Piamonte y que rechazaban el culto de los santos, el sacerdocio y la mayoría de los sacramentos. Predicaban la pobreza.. Una noche un hombre disparó contra el sacerdote. Habiendo fallado se lanzó sobre su víctima.Pero Grigio estaba allí; empujó al malvado y lo obligó a huir.
Otra vez, Juan Bosco iba unos cuantos pasos detrás de dos individuos. Sintiendo el peligro dio media vuelta, pero antes de que pudiera gritar se le echaron encima los granujas y le cubrieron la cabeza con una bolsa. Surgido como por milagro, Grigio se puso a ladrar y tiró al suelo a uno de los hombres al que inmovilizó agarrándole la garganta con los colmillos, mientras el otro huía. Don Bosco le hizo comprender al perro que soltara al bribón que también huyó corriendo.
Otra noche, al sacerdote lo atacó un malandrín armado con una estaca. Juan Bosco, que no conseguía escapar, le tuvo que dar una trompada muy fuerte. El malhechor lanzó un grito y de los matorrales cercanos empezaron a salir todos sus cómplices.
El sacerdote se sintió perdido. Pero Grigio apareció una vez más. Y se puso a dar vueltas alrededor de él, enseñando los colmillos.
­Por favor, gritó uno de los hombres, Llame a su perro, ¿no ve que va a morderme?
_¿Y que quiere Ud. que haga?, dijo Don Bosco
_Perdónenos, Sr. Cura, somos unos pobres tipos; nos han dado mil francos....
_¿Y por esa cantidad me habrían matado?
_Llame a su perro.
_Primero prométanme que me dejarán tranquilo a partir de ahora.
_Se lo juramos por la Virgen
Grigio, ven. ¡Bravo me has salvado la vida!.
Sólo en una ocasión se puso el perro a gruñirle a Don Bosco.
Una noche, el cura quería salir y Grigio se lo impidió. Durante media hora le cerro el paso obligándiolo a quedarse en casa.
Un cuarto de hora más tarde, llegó un vecino para advertirle, que había escuchado una conversación donde se había enterado de que le preparaban una emboscada.
¿Cómo pudo saberlo Grigio?
Otra noche, el perro llegó al Patronato. Se acercó al Cura, puso el hocico en la mesa donde aquel estaba cenando y volvió a salir.
Juan Bosco comprendió. Un amigo lo había traído más pronto de lo previsto. Inquieto porque no lo había visto regresar, Grigio quiso asegurarse de que realmente estaba allí.
El perro, nunca le aceptó comida a Don Bosco, ni por supuesto ningún cobijo. En cuánto a los niños estos podían acariciarlo y hacerle cuantas travesuras se le ocurrieran; dejaba que le tiraran de los pelos o de las orejas.
Cuando desaparecieron las persecuciones contra Don Bosco, el Gris dejo de presentarse.
¿Que explicación?
La historia de Grigio es absolutamente extraordinaria. Parece bien comprobada; aparece en todas las biografías del Santo y hasta en los comics, que se han inspirado en su vida.
Se trataba de un animal de carne y hueso, no de un perro fantasma. La hipótesis más razonable consiste en considerarlo un perro errante que se había apegado al Cura. Aunque ¿Cómo se podría haber dado cuenta de los peligros que le acechaban?
Claro está que Juan Bosco intentó saber de dónde venía el perro. Una mujer le contó que había ese perro había muerto hacía muchos años, Una persona más tarde le preguntó al Cura que pensaba y éste le respondió:
” Decir que era un ángel daría risa. Pero tampoco se puede decir que fuera un perro corriente”.
Cada cual es libre de calificar este fenómeno de paranormal, sobrenatural o milagroso.
En todo caso resulta increíble que la historia de Grigio digna de una leyenda medieval, haya pasado en el siglo XlX.