15.5.07

Galgo Italiano


Los restos más antiguos que se conocen de un perro muy similar al "galgo italiano" se hallaron en una tumba egipcia de hace 6000 años. Se cree que existía hace más de 2000 años en lo que hoy se conoce como Grecia y Turquía dado que aparece en sus artes decorativas. La raza se importó a Europa por los fenicios y luego fueron los romanos quienes la desarrollaron. Durante el renacimiento, este perro gozó de auténtica devoción por parte de la nobleza europea y fue representado en pinturas de la época. Hoy en día, hay algún logotipo que lo utiliza por su elegancia.


Afectuoso y dócil, el galgo italiano es tremendamente alegre en su juventud y por lo tanto muy activo. Es capaz de subirse de un salto sobre una mesa de comedor y saltar a la cara de un adulto al saludar. De adultos son dependientes de su dueño y relativamente reservados con los extraños. Es un perro muy rápido llegando a correr hasta los 60 km/hora (40 millas/hora).
Elegante y distinguido, el galgo italiano es un perro inteligente y sensible. Puede convertirse en tímido si no se le atiende lo suficiente. Es un estupendo perro de compañía para personas serenas pero no es un perro para tener en una casa ajetreada con muchos niños, aunque puede convivir perfectamente con niños educados. Igualmente convive mejor con otros perros pequeños que grandes.

Aparenta mayor fragilidad de la que realmente tiene. A pesar de ello, el galgo italiano tiene una osamenta muy delicada hasta que cumple el año y medio. Corre el riesgo de partirse una de sus largas patas.





Condiciones de vida y ejercicio [editar]El Lebrel italiano se adapta perfectamente a hogares reducidos. Sin embargo necesita pasear. Puede hacer compañía en carreras cortas pero prefiere los paseos a pie y jugar con otros perros (mejor si no son grandes). Como todos los lebreles, el italiano necesita llevar protección en invierno puesto que es muy sensible al frío. Este lebrel a pesar de su aspecto frágil suele gozar de una larga vida llegando a superar los 12 años.




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