10.11.06

Historia de la Comida para Perros



La historia del alimento comercial para mascotas es corta en comparación con la cantidad del tiempo que los perros han sido animales de compañía. El uso de comida enlatada y empacada se volvió muy popular en Estados Unidos después de la segunda guerra mundial. Muchas personas que nacieron a finales de los años 50 no recuerdan otra manera de alimentar a los perros. La noción de «comida de perro» se ha afianzado tanto en nuestro vocabulario que muchas personas aseguran que nunca le darían a sus perros «comida de humanos». El malentendido es que comida es “comida”, y que la “comida de perros” es simplemente comida de humanos altamente procesada que esta hecha con la finalidad de ser económica y con una fecha de caducidad.
Antes que el alimento comercial creciera en popularidad, los perros comían generalmente cualquier comida disponible en su entorno. Para muchos perros del campo su alimento seguramente incluía sobras de carne cruda, leche cruda, huevos crudos y cualquier otro tipo de comida que encontrasen. Los perros de la ciudad probablemente dependían de las sobras de la mesa de sus dueños, asaduras y cortes baratos de carne cruda procedentes del carnicero local. Se tienen registros que los perros que pertenecían a la realeza y a gente muy rica tenían comidas especialmente preparadas para ellos con una gran atención en la calidad.
En 1860 James Spratt en Cincinati, Ohio, introdujo la primera comida de perros procesada, se trataba de una galleta elaborada con trigo, remolacha y sangre de res. Su inspiración para este producto vino cuando observo a perros callejeros comer galletas que tiraban los marineros en el puerto. El nuevo producto recibió el nombre de Spratt’s Patent Meat Fibrine Dog Cakes. Otras compañías rápidamente se unieron al movimiento y comenzaron a estar disponibles en el mercado más productos horneados para perros. Algunas compañías ofrecían aprobaciones pagadas por veterinarios, mientras otros fabricantes alegaban que su producto curaba a los perros de parásitos y otras enfermedades.
Mientras la controversia continuaba sobre la nutrición de los perros, nuevas formas de comida empaquetada comenzaron a aparecer en el mercado. La depresión para los años '30 en los Estados Unidos también obligo a los dueños de mascotas a buscar métodos más económicos para alimentarlas. Se comenzó a dar menos carne, y se comenzaron a introducir en las dietas caceras más productos hechos a base de cereales y granos. Los productos de carne enlatada se introdujeron en los años 40, y en 1943 la comida para perros deshidratada llego al mercado con las instrucciones de «solo debe agregar agua».
Nuevos debates sobre la alimentación de los perros comenzaron a surgir y muchos vendedores de los nuevos productos afirmaban que sus productos eran superiores ya que eran capaces de utilizar desechos como el de la cáscara de los granos, desperdicios y carne inutilizable por los humanos. Otro argumento utilizado era que la carne fresca era muy cara para desperdiciarla alimentando a un perro y que los volvía muy ‘melindrosos’. Aunque se sabía que la carne y los vegetales frescos eran superiores, los vendedores de comida para perros sustentaban que los perros podían alimentarse bien con los desperdicios de las fábricas y ser saludables a un bajo precio al mismo tiempo.
La venta de comida seca para perros se disparo considerablemente después de la segunda guerra mundial. Los operadores de molinos y comerciantes de granos encontraron una buena salida para sus subproductos dentro de la industria de comidas para perros. Los mataderos también les vendían a los fabricantes de comida carne dañada y enferma, partes inutilizables y subproductos de carne. Esto creo un mercado para productos que anteriormente eran descartados. Desde que mucha de esa carne no era de grado para consumo humano, se recurría a la practica de mezclar ese tipo de carne con los granos, cocinarlos juntos por muchas horas o días para matar las bacterias y otros patógenos. La mezcla final se convertía en pequeñas bolas que eran fácilmente empacadas para la conveniencia de los dueños a la hora de alimentar.
Para 1950 la compañía Purina descubrió un concepto innovador para la comida de perros. Antes de este descubrimiento la comida venía en dos presentaciones, una era la galleta desmenuzada que se horneaba. El otro tipo de alimento para perros eran pequeñas bolas de las cuales los ingredientes tenían que ser mezclados a mano. La nueva técnica de Purina fue llamada “extrusión”. El proceso de extrusión consistía de combinar y cocinar los ingredientes juntos en forma liquida, y luego mecánicamente eran pisados por la maquina de extrusión, que expande el trozo de la comida de perro y luego se vuelve a hornear. Esos trozos de comida para perros eran mucho más largos y livianos comparados a las pequeñas bolas, dando una apariencia de que se daba “más por tu dinero”. Por lo tanto se dio inicio al principio del “mercadeo inteligente” en la carrera para venderle comida de perro al público.
De acuerdo al doctor Kronfeld, profesor de la escuela de medicina veterinaria de la universidad de Pensilvania, la industria de la comida para perros utilizo veterinarios para que se proclamase que todas las comidas para perros hechas de solo carne eran incompletas. Kronfeld reporto que el editor de la revista Journal of the American Veterinary Medical Association también estaba de acuerdo con esa aseveración y además dijo que la comida debe ser fortificada con nutrientes, que mucha proteína era peligrosa y que los carbohidratos son necesarios para la salud de los perros.
La conveniencia fue el primer atractivo comercial para la comida de perros. Se ahorraba más tiempo echando piezas de comida seca directo al tazón del perro que cocinando o preparando la cena de las mascotas. El segundo atractivo comercial fue desarrollado por una campaña profesional de mercadeo. Las compañías comenzaron a etiquetar sus comidas para perros como completas, dando instrucciones de que no era necesario agregar otro tipo de comida o suplementos. De hecho comenzaron a decir que agregar sobras de comida humana a la dieta de un perro puede ser peligroso para la salud del perro. En 1964 se desarrollo una activa campaña por el Instituto de Comida de Mascotas (Pet Food Institute y sus siglas PFI) con el propósito de informar al público de los peligros de las sobras de mesa y la importancia de alimentar a los perros con un alimento procesado. Esto se logro a través de anuncios de prensa en los periódicos, artículos en 16 revistas, incluyendo Redbook y Good Housekeeping y anunciando esta información en 91 estaciones de radio.
Continuando con las estrategias de mercadeo se comenzó a utilizar celebridades en los comerciales de televisión, haciendo comida de perros que producía sus propias ‘salsa’, haciendo las piezas del pienso de diferentes formas y tamaños, y utilizando colorantes para que la comida reflejara un color natural y complacer los ojos de los dueños de perros. Los comerciales de comida de mascotas comenzaban a aparecer cada vez más en los medios, y los diseños estaban destinados a atraer la idea de una comida sabrosa y visualmente atractiva de los dueños de mascotas en lugar de preocuparse por la salud de los perros. La venta de comida de mascotas se movió de las tiendas a los supermercados, con etiquetas brillantes e imágenes atrayentes. Las estrategias de mercadeo estaban valiendo la pena y pronto las ventas de comida para mascotas estaban sobrepasando las ventas de comida para bebes. Los espacios en los pasillos y estantes se tuvieron que expandir por la cantidad de compañías de comida para perros que se unía a la competencia de mercadeo cada año.
La siguiente estrategia de mercadeo fueron las dietas especializadas, formuladas para enfermedades específicas y otros desordenes en las mascotas. Las primeras dietas fueron desarrolladas para enfermedades del corazón y de los riñones en 1948. Hoy en día estás dietas especiales se han expandido a más de 20 tipos de dietas. El Dr. Mark Morris, fundador de Hill’s Pet Products (Science Diet) fue el primero en el campo en desarrollar esta idea. La compañía Purina rápidamente siguió sus pasos, junto con otras compañías. Solamente los veterinarios ofrecían esos productos de prescripción Hill’s.
Esto verdaderamente comenzó a caracterizar la nutrición de los perros como algo complejo, y el público comenzó a confiar en los consejos de los veterinarios sobre nutrición que en lugar de confiar en su propio juicio o sentido común. La compra de comida para mascotas ahora se expandió de los supermercados hacia las clínicas de los veterinarios.
Hasta el año 1974 el Consejo Nacional de Investigación (Nacional Research Council y sus siglas NRC) elaboro el protocolo para los valores nutricionales requeridos en la comida de mascotas. El Instituto de Protección Animal (The Animal Protection Institute y sus siglas API), en su artículo “Qué hay realmente en la Comida de Mascotas” señala que en 1974 se formo una nueva organización llamada American Association of Feed Control Officials (AAFCO). Este grupo fue organizado por la industria de comida de mascotas. Ellos decidieron cambiar los estándares de procedimientos de prueba de la NRC de extender el periodo de tiempo de pruebas de la comida de perros a una prueba sencilla de análisis químico sobre la comida de perros.
Aunque esta prueba brinda los resultados para los porcentajes y desgloses en la comida de perros, esto ciertamente no indica el tipo de comida utilizada, la frescura o digestibilidad de cada uno de los ingredientes. Como la API señala en su artículo, esto les permite a los fabricantes de comida para mascotas regularse ellos mismos sin intervención del gobierno.
En 1985 la NRC actualizo sus directrices sobre nutrición, estableciendo tres importantes cambios. El primer cambio fue que el porcentaje de requerimientos fue removido para la proteína, en cambio los requerimientos para diez aminos ácidos se listaron por el peso del perro. Se desarrollaron para dos fases: adulto y crecimiento. El segundo cambio fue retirar la palabra «recomendados» y reemplazarla con la palabra «requerimientos». Esto fue para brindar información sobre la disponibilidad de los nutrientes en la comida cuando se comía y digería. También se creo una tabla que listaba los factores que pudiesen afectar la biodisponibilidad de los ingredientes de la comida elegida y mezclada con la comida para perros. La biodisponibilidad se define como la eficiencia de absorción de la comida y la disponibilidad de aminos acidos. La intención de esta clasificación era para tomar en consideración que mucho de los ingredientes se ven afectados por el procesamiento, calentamiento y cocimiento.
Combinando ciertos ingredientes también afecta el valor de los nutrientes, especialmente en los fitatos que vienen en los granos y que bloquean ciertos minerales, y las diferencias encontradas en los perfiles de los aminos ácidos de las plantas y los animales.
Las nuevas directrices instaban la consideración de todo lo de arriba a la hora de formular los porcentajes de los nutrientes en la comida de perros por análisis después que se cocinaba y procesaba. La tercera recomendación era que los nutrientes de la comida debían ser listados en energía metabólica por cada 1,000 kilocalorías. La ventaja aquí es ser capaces de medir la comida sobre las bases de una unidad de energía, y ser capaces de comparar comidas más acertadamente.
¿Y cual fue la respuesta de las compañías de comida para mascotas? Ben Sheffy, del Instituto James A. Barrer para la Salud de los Animales en Cornell University participó en la revisión de 1985 de la NRC y el dijo que las respuestas estuvieron en un rango de “decepción a enfado”. Hasta el día de hoy las compañías de mascotas están usando todavía el protocolo de nutrición de 1974, y ningún esfuerzo serio se ha realizado para aceptar los cambios propuestos en 1985, ni los ingredientes de las comidas están basados en biodisponibilidad.
Ben Sheffy declaro: «La proteína de fuente animal contribuye grandemente a la palatabilidad de la comida de perros. El juicioso uso de ‘ingesta’, particularmente en capa, puede mejorar la palatabilidad pero es difícil de superar lo verdadero. Será difícil mantener la alta biodisponibilidad de los nutrientes cuando son utilizadas proteínas procesadas, ingredientes pobres en calidad y con contenidos elevados de fibra. Aún todavía si se logra la digestibilidad promedio esto no necesariamente indica alta biodisponibilidad»
La siguiente moda en la comida comercial para mascotas se llamo las comidas para perros «premiun». Esas comidas anuncian ser más nutritivas para los perros, y ofrecen diferentes tipos de formulas para todas las etapas de vida, incluyendo dietas para cachorro, dietas de mantenimiento, dietas de rendimiento y dietas para perros ancianos. Esto trajo consigo nuevos mercados para las comidas de mascota, y le dejo al público un nuevo sentido de impotencia. Aunque se promocionaban como «premiun» esas comidas todavía utilizaban los viejos estándares de requerimientos que NRC creo en 1974. El público se confundió mucho más de lo que ya estaba. No solo bastaba con alimentar a un perro adulto ahora, también se necesitaban diferentes formulas para diferentes fases de la vida del perro.
Hoy muchos veterinarios continúan promoviendo el uso de comidas secas para perro e infunden un miedo en los dueños de mascotas e incitan el temor en preparar las comidas para sus mascotas. La siguiente cita es de la Asociación de Veterinarios Canadienses en un panfleto sobre la comida de mascotas, Una Guía de Sentido Común para Alimentar a tu Perro o Gato:
«¿Por qué las dietas caceras no son recomendadas? Las dietas caceras no son recomendadas porque hay una gran oportunidad de que todos los nutrientes necesarios no estén disponibles o que no contenga la proporción adecuada. La preparación incorrecta y el hecho de cocinar pueden también mermar ciertos nutrientes y resultar en una dieta deficiente. También, las dietas caceras son usualmente más caras de producir y no brindan la mejor nutrición.»
Algo curioso es que la Asociación de Veterinarios Canadienses es también el sistema de certificación de las comidas para mascotas en Canadá. La conclusión de ellos es que los dueños de perros no tienen el conocimiento suficiente para preparar la comida para sus mascotas, y la nutrición canina es un asunto misterioso y que es mejor dejárselos a los investigadores, científicos y veterinarios
La siguiente cita es del sitio de PFI (Pet Food Institute) sobre la nutrición de mascotas:
«¡Una mascota bien nutrida es un compañero feliz! La feliz disposición y la salud de tu mascota dependen de una buena nutrición, ejercicio, cuidados y visitas al veterinario.»
«La buena nutrición es importante y con la amplia variedad de comida comercial para mascotas completamente formuladas para todas las etapas de la vida de nuestras mascotas es fácil alimentar a tu mascotas comidas balanceadas. Esas comidas te permiten satisfacer las preferencias de tu mascota (incluyendo recompensas) y aún así asegurar una dieta saludable.»
«Los veterinarios y nutricionistas han determinado que las sobras de comida humana no son alimentos balanceados para las mascotas y además deficientes en nutrientes. Al agregar sobras a una dieta balanceada añades calorías extras que pueden ir en detrimento de la salud de tú mascota. Supervisa la dieta de tu mascota cuidadosamente. Asegúrate que la comida que utilizas es ‘completa y balanceada’. Los productos utilizados para un uso especial o suplementos deben tener un sello que los identifique como tal. Asegurarse que las mascotas tienen accesos a agua abundante para beber y no sobre alimentes. Si por alguna razón sientes que tu mascota no le va bien con una dieta particular habla con tu veterinario.»
«Recuerda, una mascota saludable es una mascota feliz que te traerá años de felicidad y compañía.»
La PFI es la organización que representa a los fabricantes de comida para mascotas. Ellos aseguran que representan el 95% de las compañías que fabrican comida para perros y gatos en los Estados Unidos. Sus citas implican de nuevo que se necesita una formula especifica para los perros, y el balance es de primera importancia con la idea de que pueden haber consecuencias desastrosas si no se siguen sus instrucciones.
Para 1980 los consumidores se volvieron más educados sobre nutrición y comenzaron a leer las etiquetas en los comestibles. Con esta información en mano muchas personas comenzaron a leer las etiquetas de la comida para perros y cuestionaron algunos de los ingredientes en las comidas de mascotas. Los ingredientes de mayor preocupación eran los preservativos.
Debido a las presiones del público sobre el uso de esos químicos muchas compañías de comida para mascotas los eliminaron y ahora están usando vitamina C y E para preservar la grasa en la comida de los perros. Esto llevó a la próxima moda en comida comercial para perros, cuyas marcas traen etiquetas que dicen “natural”, u ofrecen comidas orgánicas, comidas de grado humano o nuevos tipos de carne como ingrediente principal, pescado, conejo o carne de venado. Algunas marcas todavía ofrecen pollos completos como el principal ingrediente y argumenta que no usan sub-productos de carne u otros ingredientes menos nutritivos. No obstante todas las marcas ofrecen todavía sus ingredientes fuertemente procesados y cocinados, y la comida es todavía aproximadamente 65% granos, rellenos de granos, fibras y sub-productos de los granos.
Los consumidores están ahora más consientes de los ingredientes de la comida de perros, más notablemente las fuentes de proteínas más pobres y los altos porcentajes de granos. Sin embargo, muchos veterinarios aún abogan por el uso de comidas secas para perros, y venden muchas de las marcas líderes en sus clínicas. Ellos han aprendido a través de la educación de la industria de la comida de mascotas y que son los que escriben los libros de texto sobre nutrición para las escuelas veterinarias para decirles a sus clientes que solamente la comida para perros formulada científicamente reúne las necesidades nutricionales de sus perros. Si algún dueño de perros quiere aprender más sobre nutrición canina y alimentar a su perro con comida fresca existen una variedad de libros sobre el tema, y muy pocos veterinarios dispuestos a alentar a los dueños de mascotas para alimentar de esta forma. A pesar de que la información esta disponible, se necesita la actitud del dueño del perro y su coraje para encarar la desaprobación de la comunidad veterinaria y de la propaganda de la industria de la comida de mascotas.
Lew Olson